sábado, 19 de abril de 2014

Felipe Pigna: otro agente criollo de la CommonWealth

Por Cristian Rodrigo Iturralde



Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos


               Si bien para la historiografía académica y científica seria el autor de marras pertenece a un género que podríamos calificar de personajes menores (vocero circunstancial de la Historia Oficial), nos vemos forzados a traerlo a esta disputa –si más no sea sucintamente-, puesto que, ayudado por los mass media, ha logrado esparcir sus desvaríos y errores por doquier, logrando estado público.
           Lo peligrosidad de autores como el recién mentado no reside propiamente, tanto, en la difusión de una Historia sesgada y tergiversada –pues, embusteros, lamentablemente, jamás han faltado; incluso en nuestra Academia Nacional de Historia[1]- sino en su calculado direccionamiento hacia la porción del pueblo llano o iletrado; es decir, a aquellos que normalmente no tomarían un libro de Historia en sus manos. El estilo de escritura es Pigna es ágil, sin dudas; algo más propio, a decir verdad, de novelistas que de historiadores. El problema es que estos Best Sellers se presentan como manuales insustituibles de Historia. Hoy, el común denominador de la gente los toma como referentes, citándolos sin pausa. Y no se trata solo de hombres crecidos, sino de niños, adolescentes y jóvenes universitarios. Salvo por los directamente panfletarios, no se tiene recuerdo de autores tan reñidos con la investigación científica como Galeano[2] y Pigna.
          Hábiles desarrolladores de falacias, han echado mano a todos los recursos sofísticos útiles a su objeto; algunos de los cuales ya hemos enunciado.

             El título elegido para éste apartado no es arbitrario sino necesario y ampliamente fundado. ¿Responde Pigna, directa o indirectamente, a intereses británicos? Es claro que así es, pues, según enseñanza evangélica, lo que no siembra desparrama. Demos algunos ejemplos probatorios o, cuanto menos, sugestivos de ello.
Todos conocemos la fascinación de Pigna por Mariano Moreno, y la dedicación que ha puesto en salvar a éste personaje de la merecida ignominia en la que se encuentra sepultado -llegándolo a llamar el primer arquitecto de la idea de nación-. Haciendo un poco de memoria, recordemos brevemente que, como es sabido, Mariano Moreno –al igual que Rivadavia- fue desembozado y activo agente de los intereses británicos en el Río de la Plata (José María Rosa lo llamó ¨abogado de los intereses británicos¨)[3]. ¿Quién fue realmente este prócer pignista y jacobino?

            Digamos, por lo pronto, que fue Moreno quien ordenó el fusilamiento de aquel patriota cabal que fue don Santiago de Liniers, sirviéndose para ello nada menos que de cincuenta soldados ingleses. La impiedad y crueldad de Moreno encontró, naturalmente, gran oposición en patriotas viriles como Manuel Belgrano, que se negaban a acatar las medidas terroristas de éste, que, entre otras criminalidades, ordenaba, el 22 de septiembre de 1810, arcabucear a todos los sospechosos vecinos del Paraguay y matar al Obispo y al Gobernador. El 29 de septiembre, ratificando anterior misiva, decía a Belgrano que ¨la junta no deja lugar a la compasión o a la sensibilidad (…) ¨. A Castelli le encomendó que dejara a sus soldados hacer ¨estragos con los vencidos para infundir terror en los enemigos¨, ordenando el 18 de noviembre de ese mismo año que ¨pasara por las armas irremisiblemente¨ a todos los disidentes. La semblanza de este soldado robespierrano ha sido trazada por historiadores de fuste y de todo signo, como Enrique Díaz Araujo[4] e incluso otros insospechados de hispanofilia como Ramos Mejía y Vicente Fidel López, quien lo define como un ¨carácter detestable, hombre cortado por el molde de los más furiosos guillotinadotes de la Revolución Francesa¨.

             Curioso resulta, asimismo, que Pigna, cual indigenista, no condene en forma terminante y tajante a aquel intenso odiador de indios y gauchos que se llamó Domingo Faustino Sarmiento. Aquel que, en misiva a Mitre, le aconsejaba: "No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla, incivil, bárbara y ruda es lo único que tienen de seres humanos". El mismo Pacho O´Donnell reconoce que: ¨Sarmiento estaba convencido de que no se podía construir un país a la europea, que era lo que él entendía por "civilización", con los orilleros, los indios, los gauchos, los mulatos, que eran los reales pobladores de nuestro territorio. La gran incógnita de Sarmiento era cómo deshacerse de esa "chusma"[5]. La falsa dialéctica sarmientina de civilización o barbarie, sabemos, vinculaba a los primeros con los estadounidenses y británicos y a los segundos con los indios, gauchos y criollos. No obstante, nuestro Felipillo considera a Sarmiento como el educador por antonomasia y ¨uno de los grandes pensadores de la argentina¨[6].

jueves, 17 de abril de 2014

¡Llamadme Hijo de Hidalgo!

Por el Lic. Andrés Irasuste



            (...) ¿quién era en verdad Lenin, seudónimo de Vladimir Ilich Ulianov? ¿Cuáles eran realmente sus orígenes familiares y su extracción socio-económica? ¿Se trataba de un hombre de orígenes modestos, como se diría en el período stalinista? ¿Era el hijo de un humilde campesino como enunciaría Apfelbaum en un panfleto propagandístico de masiva distribución en el momento en que la muerte del líder se aproximaba? En dicho panfleto Lenin aparecía como el "elegido entre millones por la gracia de Dios" para liberar a los obreros de sus destinos. (Figes, 2000, pág. 687).
El padre de Ulianov fue profesor de física y matemáticas que devino formalmente un aristócrata, gracias a la adquisición de un título nobiliario en su puesto de director general de escuelas en Simbirsk (Priestland, 2010, pág. 89), factor que permitía que fuera tratado como "su excelencia". De su madre, mujer de ascendencia germana culta (y que sabía tocar el piano), aprendió a hablar en varias lenguas. Simbirsk, hoy denominada Ulianovsk en honor a Vladimir Ulianov, si bien es un pueblo provinciano ruso de la región del Volga, es un centro cultural interesante, incluso en tiempos de su figura epónima. El pequeño y luego joven Ulianov (nacido en 1870), creció tranquilo en el seno de un grupo familiar acomodado (lo cual no equivale a decir que se trató de una vida excesivamente opulenta), y que nada poseía de subversivo, a excepción de su hermano, que ya hemos mencionado. De niño era un pequeño escarnecedor con sus compañeros que se deleitaba en la burla y en las reiteradas muestras de astucia.
                Vladimir Ulianov poseía pluralidad de ascendencia étnica: rusa, alemana, sueca y calmuca (ésta última denotada en los sutiles rasgos mongoles de su rostro, fusionados con un porte de elegancia teutónica). También tenía esta otra ascendencia: la judía, (a través del padre de su madre). En los años del stalinismo, la ascendencia judía de Vladimir Ulianov fue deliberadamente ocultada por las autoridades del régimen (Figes, 2000, pág. 182). En sus años académicos fue un excelente estudiante. Era estudioso de los clásicos, así como un estudiante de comportamiento moralmente muy adecuado y disciplinado que gustaba de la música clásica, y que hasta la ya bien entrada adolescencia fue creyente y religioso.
                Su identidad psicológica no era ciertamente la de un paria: el joven Vladimir gustaba en decirse a sí mismo "hijo de hidalgo", o firmar como "noble heredero Vladimir Ulianov". Solía hablar y criticar al "idiota ruso" (en referencia a las turbas campesinas del pueblo). Nunca confió en las masas y en su potencial (tal como veremos en su momento), a quienes -podemos suponer- consideraba la mersa de la sociedad. En sus años mozos solía vivir de las rentas de las propiedades de su madre, al mismo tiempo que producía textos condenando el "capitalismo nobiliario" (Figes, 2000, págs. 182-183). Figes nos cuenta que incluso, durante la hambruna rusa del año 1891, los campesinos causaron daños a su hacienda familiar (suponemos que en busca de alimentos o bienes para ser revendidos), y Ulianov hubo de denunciarlos y demandarlos ante las autoridades zaristas, lo cual significaba el castigo seguro o incluso la condena a muerte de estos desventurados. Ulianov adoptó el seudónimo "Lenin" luego de 1900, término que se deriva del río Lena, próximo a Siberia, donde estuvo desterrado (aunque en condiciones nada denigrantes por ser hijo de un noble, pudiendo dedicarse allí incluso cómodamente a la lectura y el estudio). Antes, utilizaba apodos como "Tulin", vinculado al nombre de la ciudad de Tula. La utilización de seudónimos, como se infiere por el respectivo contexto, era una estrategia para eludir a la policía del régimen zarista.
Aquí reproducimos un artículo muy interesante y clarificador de  Juan Carlos Monedero (h) sobre la teoría evolucionista

La teoría evolucionista
y la creación del hombre


Análisis del conocido fragmento 29
de la encíclica Humani Generis de Pío XII

Por Juan Carlos Monedero (h)
Bachiller en Filosofía (UNSTA)
07.04.2014

Quienes hayan pasado algún tiempo por las carreras de Filosofía y Teología en las universidades o profesorados católicos podrán fácilmente advertir lo siguiente: no son pocos los que sostienen una posible compatibilidad entre la doctrina de la Iglesia y alguna forma –quizá atenuada– de evolución. Tal opinión circula en las cátedras pero también en ciertas conferencias, textos y artículos en torno al tema de la creación del hombre. Escucharemos hablar de evolucionismo católico, cristiano, teísta, moderado, etc. Si “rascamos” un poco más, veremos que todos aquellos que la defienden se remontan –invariablemente– a un documento del Papa Pío XII: la encíclica Humani Generis, 1950. ¿Qué hay de ésto?
Lo que escuchamos sobre el tema probablemente nos confunda. Sobre todo, porque por lo general todo contacto que tenemos con posturas evolucionistas está signado por la crítica de la fe católica, el desprecio del relato del Génesis y la pretendida ridiculización de la verdades elementales de nuestra religión. En fin, una conciliación entre estas dos posiciones resulta, a primera vista, imposible. De ahí que nos veamos obligados a hacer varias preguntas, en este orden: desde la más osada a la más sutil.

– ¿La Iglesia acepta la doctrina de la evolución?
– ¿La Iglesia cree en la evolución del cuerpo del hombre?
– ¿La Iglesia no condena la afirmación de que el cuerpo del hombre –no su alma– evoluciona?
– ¿La Iglesia acepta la posibilidad de una evolución del cuerpo del hombre, guiada por Dios?

Análisis

Abramos la precitada Humani Generis, año 1950, párrafo 29 y disipemos las dudas:

el Magisterio de la Iglesia no prohíbe el que —según el estado actual de las ciencias y la teología— en las investigaciones y disputas, entre los hombres más competentes de entrambos campos, sea objeto de estudio la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva preexistente —pero la fe católica manda defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios—.

            Es importante señalar varias cosas. En primer lugar, es evidente que esta “no prohibición” de estudiar la doctrina del evolucionismo guarda relación con la situación de las ciencias y la teología en ese momento. Es decir, está relacionada con algo mutable como es el perfeccionamiento del conocimiento, tanto científico-experimental como teológico. Entre guiones (—según el estado actual de las ciencias y la teología—) aparece un modificador de modalidad: manifiesta el grado de adhesión del hablante con lo que dice, siendo evidente que no se trata de una adhesión incondicional. Por lo tanto, el progreso de estas disciplinas podría modificar esta permisión. No se puede descuidar el factor tiempo ya que han pasado 64 años.
El Papa, pues, deja “abierta la puerta” al estudio. Pío XII permite la actividad intelectual sobre un tema; no está afirmando algo sobre ese tema. Simplemente, deja manos libres a la investigación, condicionada por ciertos requisitos; pero tal permisión –y aquí está la clave– está vinculada al grado de conocimiento propio de la época en que se publicó esta encíclica. Por lo tanto, ¡la permisión no guarda relación respecto de una eventual compatibilidad entre evolucionismo y fe!
Si leemos con atención, advertiremos que el Papa –en el fragmento que venimos comentando– no está afirmando conceptualmente nada. Se trata de una decisión prudencial, no de un juicio teorético.
            Sigamos leyendo:

Mas todo ello ha de hacerse de manera que las razones de una y otra opinión —es decir la defensora y la contraria al evolucionismo— sean examinadas y juzgadas seria, moderada y templadamente; y con tal que todos se muestren dispuestos a someterse al juicio de la Iglesia, a quien Cristo confirió el encargo de interpretar auténticamente las Sagradas Escrituras y defender los dogmas de la fe.

Todos –así lo esperamos– somos fieles al juicio de la Iglesia; al juicio de su palabra magisterial. Palabra magisterial que –muy importante– constituye expresión oficial, que no es lo mismo que palabra pública: todo lo magisterial es público pero no todo lo público es magisterial.
El texto continúa y leemos:

Pero algunos traspasan esta libertad de discusión, obrando como si el origen del cuerpo humano de una materia viva preexistente fuese ya absolutamente cierto y demostrado por los datos e indicios hasta el presente hallados y por los raciocinios en ellos fundados; y ello, como si nada hubiese en las fuentes de la revelación que exija la máxima moderación y cautela en esta materia.
Históricas
EL ENCANTO DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Por Cristián Rodrigo Iturralde



 

Los aztecas ostentan tres tristísimos y lamentables récords históricos que tal vez solo puedan disputarle los comunistas con sus cien millones de ejecutados en setenta años de historia.

El primero de ellos corresponde a la cantidad de víctimas logradas en el transcurso de dos siglos, el segundo a las logradas en solamente cuatro días, y el tercero se refiere a la inmensa cantidad de niños ejecutados.

Conviene aclarar que la arqueología, la antropología y la etnología moderna se han encargado de confirmar todo cuanto decimos y aseveraron los cronistas americanos.  La ciencia ha hablado, y ya no hay lugar para presunciones o debates ideológicos.

RECORD NÚMERO 1: MAYOR CANTIDAD DE EJECUCIONES EN DOS SIGLOS

La cantidad de víctimas variaba mucho de acuerdo con la importancia de la ciudad, del pueblo y de la festividad elegida para el ritual.  Fray Juan de Zumarraga y Francisco Clavijero, en 1531, dan cuenta de que sólo en la ciudad de México se sacrifican a los ídolos más de veinte mil víctimas al año.

Fray Juan de Torquemada ubica el numero de asesinados en todo el país por año en 72.244, incluidos veinte mil niños.

El historiador mexicano, el Padre Cuevas, asegura que el número de sacrificios en lo que fue Nueva España, era de cien mil seres humanos cada año.

Varios autores citados por Gomara hablan de cincuenta mil.  Tanto Acosta como Herrera aseguran que había días en que llegaban a matarse entre cinco mil y veinte mil personas por día.

Motolinia, describiendo la fiesta del año de Tlascallan, dice que se sacrificaban ochocientos hombres en la ciudad y en la provincia.  Francisco Antonio de Lorenzana dice que en Cholula se sacrificaban seis mil niños por año.

Por su parte, Diego Duran, desde su “Historia de las Indias”, después de describir las ceremonias de la coronación de Moctezuma y los sacrificios, dice: “había días de dos mil, tres mil sacrificados, y días de ocho mil, y otros cinco mil, la cual carne se comían, y hacían fiesta con ella, después de haber ofrecido el corazón al demonio”.

Fray Pedro Simón en su “Historia de la guerra de los indios Pijaos, indígenas de Tierra Firme”, calcula que desde la fundación del Estado azteca (1325) hasta su ocupación por las tropas de Cortés (1521) se cuentan por millones —a lo largo de dos siglos— las víctimas inmoladas a estas divinidades.
Análisis
LA DÉCADA GANADA

Por Cristián Rodrigo Iturralde




ENTRONIZACIÓN

Y en un día típicamente peronista del año 2003, de irascibles nubarrones porteños e irresistibles aromas parrilleros y chimichurrescos; en medio de un piquete y de una manifestación por los derechos humanos de las ardillas veganas, y luego del correspondiente juramento sobre la Sacra Constitución, asumían finalmente ÉL y ELLA como últimos mandatarios de la otrora República Argentina y sus posesiones —particulares— continentales y de ultramar. Esto es, suntuosas mansiones, tierras y cuentas en Suiza, Estados Unidos y en la Patagonia Argentina.

Pronto, el azul turquí del pabellón nacional se tornaría rojo.


LO POSITIVO DE LA EXPERIENCIA KIRCHNERISTA

Dejando la representación de la realidad en clave de sorna, hay que convenir en que, mirado y analizado el cuadro en profundidad y conjunto,el kirchnerismo ha prestado un servicio invaluable a la Nación: ha hecho pensar y repensar seriamente a no pocos ciudadanos sobre la legitimidad y la conveniencia de un sistema que hasta entonces tenían por dogma.

Nos referimos, claro, a la Democracia. Y no es, claro, que los predecesores de los Kirchner en la silla bernardina no hayan hecho méritos suficientes por despertar a la ciudadanía del ensueño idílico democrático. ¡Vaya si los hicieron! Pero sin dudas nadie ha reflejado más nítidamente el totalitarismo democrático que los acólitos del terrorismo camporista. Al menos ahora —logro nada desdeñable, considerando treinta años de un avasallador proceso de hipnosis y lobotomía—, no son pocos quienes, despertados parcialmente del extenso letargo, plantean la pregunta que obligadamente sucede a esta clase de desvelados: “Si no la democracia, ¿qué?” Es un comienzo…

En hombres de buena voluntad y con disposición a la estudiosidad y a la búsqueda de la verdad, la respuesta debería conducir indefectiblemente a un nuevo y saludable interrogante: ¿Existen otros regímenes de gobierno que sean legítimos y eficientes a la vez? Una vez aquí there is no way out;ergo, no quedará más remedio que recurrir a las fuentes, y será allí que recibirán el aleccionador baldazo de agua fría —a la vez sabrosa y despabilante— de la sabiduría helénica y tomista. Será allí que caerán en cuenta de que el cuestionamiento y rechazo a la democracia como sistema de gobierno no es un invento ni una actitud propiamente nazifascista,sino la lógica conclusión seguida del estudio imparcial de la evidencia empírica y aún del más elemental sentido común. Quedará clara la primera lección: la democracia no es un sistema de gobierno lícito sino la forma degenerada de República.

Si alguien creyera que esta desconfianza hacia la democracia sólo existe en los oficialmente descalificados sectores constituyentes, se equivocaría. Es un descontento hecho vox populi, que se ha apoderado de la población llana y laboriosa, aunque la misma no sepa ni tenga por qué saber cómo expresarlo en término filosóficos. Si no nos cree, recurramos a la numerología, disciplina hecha ciencia y dogma, precisamente por la democracia.
Recomendamos vivamente el programa La Brujula, emitido semanalmente por TLV1





Entrevista sobre la Inquisición, el tribunal mas justo de la historia, a cargo de Lic. Soaje Pinto, Juan Manuel


Entrevista sobre el libro 1492: Fin de la barbarie y comienzo de la civilización en América, por el Dr. Hugo Verdera



           
     El Libro Negro del INADI
o
 La Policía del Pensamiento

Por Cristián Rodrigo Iturralde



       "Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato", advertía el Cardenal Richard Cushing en 1959, refiriéndose al dictador Fidel Castro, en el marco de la expropiación de fondos de la Iglesia por parte de la naciente revolución cubana que ya perfilaba su clara condición comunista. Sucede a veces, que el espesor de la iniquidad y la inmoralidad es tan grotesco, que resulta increíble, confundiendo a algunos de tal forma que rehúsan luego a creerla o bien terminan por pensar lo contrario. Así, algunos, ingenuamente, creían ver en aquellos levantamientos anticapitalistas una revolución restauradora, muy a pesar de todo indicio y evidencia que indicaba lo contrario.

            La sabiduría, es claro, no urge necesariamente de ropajes retóricos o intelectuales para poder expresarse con precisión y holgura. Cuando conocido dicho popular recomienda taxativamente ¨no pedirle peras al olmo¨, actúa también advirtiendo una realidad empírica y científica, declarando en forma sencilla, y a todos inteligible, un principio de orden práctico válido e imperativo, aplicable y seguido por los pueblos salubres y todas las grandes civilizaciones de la historia. Máxime en asuntos tan caros a nuestra sociedad como la política y la defensa de los DD.HH. No obstante, tal sapiencial y elemental consejo ha sido desoído cómplicemente por hombres de toda talladura.

           A nadie deberá sorprender, por tanto, encontrar al INADI, sus funcionarios y socios, envueltos directa y desembozadamente en casos de corrupción, evasión fiscal, robo, intentos de homicidio, asesinatos, terrorismo, infanticidios, trata de personas, proxenetismo, narcotráfico, drogadicción, secuestros, arbitrariedades, persecución institucional, política, ideológica y religiosa, discriminación, campañas de difamación, operativos de desinformación, enfrentamientos callejeros, violencia inaudita, insultos, despidos, borocoteadas y lubertinadas, etc. Pues no puédese omitir a este propósito el hecho sustancial de que el mentado organismo y sus titulares son creaturas, muy particularmente, de Horacio Verbitzky y Nestor Kirchner; el uno ex líder terrorista y el otro notorio corrupto y fratricida social. A ellos hay que sumar una obsecuente pleyade de laderos de símil estatura moral, como Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Eugenio Zaffaroni, Oyarbide, Isaac Jacobo Grossman y Eduardo Luis Duhalde, entre tantos otros.

Otros puñales mortales


Otros puñales mortales
Desnudando falacias democráticas


Por Cristián Rodrigo Iturralde


             En número anterior, referíamos en esta columna tres estocadas mortales inflingidas sobre el corazón mismo de la credibilidad del sistema democrático. Creemos que los mentados asestes son suficientes para desnudar íntimamente la falacia Madre - invocada ad nauseam-, según la cual con la democracia se come, se educa y se cura. Empero, lo que agudiza la gravedad del cuadro clínico –y cínico- del régimen no es tanto el desembozado incumplimiento de sus variopintas promesas referidas a la reducción de los índices de pobreza, de las desigualdades sociales y de la corrupción, sino el haberlos incrementado como nunca antes en la historia nacional.
             Aun los hay, sin embargo, quienes obcecadamente insisten en sostener que las heridas de marras propinadas a la verosimilitud del sistema democrático no revisten carácter mortal y que, por tanto, sanará, indefectiblemente, en algún momento. Tratamos aquí, es claro, con un optimismo ingenuo y dañino, insostenible desde toda óptica, pues adolece de toda macula de realidad y raciocinio. Este absurdo fue abordado y denunciado ya oportuna y premonitoriamente por Lugones hace algo más de siete décadas: ¨La fe en la democracia presupone la realidad del progreso indefinido, pues afirma que el sistema liberal o doctrina política de aquel nombre, es bueno y practicable aunque nunca se haya podido practicar por haber sido malos hasta hoy los hombres que lo practican; con lo cual bastará que sigan practicándolo malamente, para que se acaben por practicarlo bien, lo cual equivale a transformarse, así, de malos en buenos[1] (…)Mientras tanto, lejos de perfeccionarse, la democracia tórnase más defectuosa cada vez, y el progreso indefinido yace en el panteón de las hipótesis archivadas¨.
             
             Dicho esto, conviene ahora referirnos a otra falacia extendida urbi et orbi consistente en señalar al sistema partidocrático como fuente/recurso efectivo y transparente de participación popular. Procedamos ahora, entonces, a enumerar algunos de los serios –y difícilmente superables- obstáculos y subterfugios que deberá sortear todo venturoso sufragista a fuer de hacer valer su voluntad en las acartonadas arquetas del régimen.

Feminismo Malparido

Feminismo Malparido

(Racismo y Eugenesia en la ONU)


Por Cristián Rodrigo Iturralde


             Si bien por sus frutos puede verificarse claramente el mal congénito del llamado feminismo, indagando en sus orígenes y patrones toparemos con la explicación a sus in disimuladas intenciones destructivas y genocidas.

             Nada inédito revelamos al afirmar que el feminismo, lejos de constituir simplemente un movimiento consagrado a lograr la igualdad de derechos entre hombres y mujeres -como ingenuamente algunos todavía creen-, es mas bien un eufemismo que esconde detrás una malsana ideología y un programa minuciosamente diseñado de subversión cultural y moral tendiente a modificar los paradigmas sociales preestablecidos por el Orden Natural (En síntesis: busca la creación de un hombre nuevo).
             Es harto sabido también que lejos de haber promovido la dignidad de la mujer, el feminismo ha despojado a la mujer de su naturaleza reduciéndola a un mero objeto de intercurso sexual utilizándola como fachada para la implantación de políticas que resultan totalmente extrañas, ajenas y hasta contrarias a su beneficio social, físico y espiritual. Incluso un examen superfluo de los documentos, acciones y vinculaciones permiten colegir claramente que esta ideología ha dedicado históricamente sus principales esfuerzos y recursos a la promoción del aborto, del adulterio, la homosexualidad, la promiscuidad sexual, la denominada ¨teoría de genero¨, el odio entre sexos y hasta la pederastia (¿que tiene que ver esto con realzar la estima y el decoro de la mujer?, no lo sabemos). Todas políticas estas, vemos, encaminadas a socavar la institución familiar, núcleo central e insustituible de la sociedad, hasta lograr su completo descrédito y eventual destrucción (particularmente las numerosas). El objetivo siempre ha sido declarado desembozadamente: lograr la reducción de la población mundial mediante arbitrarias medidas de control demográfico (abortos obligados, esterilizaciones forzadas, anticonceptivos, etc.). De allí los suculentos aportes a estos movimientos por parte de la Fundación Rockefeller con su Population Council y la Fundación Ford, entre otras.

          Si hablamos de feminismo, hay que hablar necesariamente de Margaret Sanger; su principal ícono a nivel mundial. Tal es así que las Revistas Time y Life mencionan a la activista estadounidense como una de las 15 personalidades más importantes e influyentes del siglo XX. ¿Qué ha hecho esta persona para merecer semejante reconocimiento? Vayamos, pues, por partes. Sanger fue, entre otras cosas, una de las fundadoras y principal impulsora del aborto libre y del control poblacional en el mundo. Sus investigaciones fueron financiadas, en gran medida, por las fundaciones multinacionales antes mentadas, dando origen en 1960 a la píldora anticonceptiva en EEUU. En 1952, fue miembro fundador de la actual International Planned Parenthood Federation (IPPF, la organización abortista más grande del mundo), que actúa desde entonces mancomunadamente con la ONU y sus organismos dependientes y laderos como la OMS, UNICEF, PNUD, FPNU, OCDE y ECOSOC, entre otros[1]. Tal es el respeto obsecuente que se tiene aun actualmente hacia la obscura figura de esta mujer, que los premios que entrega esta organización a partir de 1966 llevan su nombre (Margaret Sanger Award). Entre los galardonados encontramos a telúricos personajes como Martin Luther King, John D. Rockefeller III, Hillary Rodham Clinton, y Ted Turner (dueño de la CNN).