lunes, 9 de junio de 2014

Juan Pablo II y la Inquisición (PDF)

MEA CULPA: JUAN PABLO II Y LA INQUISICIÓN
(Capítulo primero que corresponde a la primera edición del libro ¨La Inquisición, un tribunal de misericordia, Editorial Vórtice, Buenos Aires, 2011)






Descargar y consultar el PDF en el siguiente enlace: https://www.dropbox.com/s/1z2eoqj2eyrq7e8/CapI.Inquisicion.pdf

jueves, 5 de junio de 2014

Breve sobre indios e indigenistas. Deshaciendo tópicos sobre los indígenas en Sudamérica. 

Por Alberto Buela[1]

Ya empezamos mal hablando de indios cuando lo políticamente correcto es hablar de aborígenes, término que viene del sufijo latino ab que indica procedencia, más el sustantivo origo-inis que significa origen, nacimiento. Cuando decimos aborigen nos queremos referir a alguien originario del suelo donde vive.
Aparece aquí la primera contradicción los indigenistas que se auto titulan con un término del latín como aborigen, en lugar del indio que es mucho más genuino y originario. Es verdad que nació de un error de Colón, pero eso es todo, no existió una manipulación ex profesa del término, como ocurrió y ocurre con el de aborigen.
Ahora bien en el caso de los aborígenes de la Patagonia y de la Pampa argentina no son originarios para nada, eso no es cierto, es una falsedad de toda falsedad. Los que hoy se denominan mapuches son un cuento, son un bluff, lo decimos en inglés porque la oficina política de estos “indios” está en Londres. Ellos llegan a La Pampa a partir de 1770 y eran pehuenches de Ranquil (hoy Chile) y se instalan en pleno cladenar (montes del Caldén) de la Pampa central, llamada también Mamil Mapu (país del monte). Vemos como estos indios son menos originarios que los criollos viejos de la Pampa. Y en la Patagonia, cuando invadieron por esa misma época, mataron a los tehuelches sus verdaderos habitantes originarios.
Sobre este tema se puede consultar el excelente artículo de Fredy Carbano Julio Argentino Roca y la gran mentira mapuche que está en Internet.
Es sabido que hoy día uno de los temas y asuntos más aprovechados políticamente por el progresismo, tanto de izquierda como liberal, es el del indigenismo.
No existe prácticamente ningún gobernante- nacional o provincial- de Nuestra América que no cante loas al mundo precolombino, a los indios, a los autóctonos, a los pueblos originarios.
Ni que decir de los militantes políticos del progresismo y los intelectuales del pensamiento único, el tema está comprado en bloque. Es como si una voz de orden venida del imperialismo yanqui dijera: “Así como para nosotros el único indio que vale es el indio muerto, para Uds. lo único valioso es: que todos sean o se declaren indios”.
Para apoyar este principio de dominación política y cultural nos han vendido, y nuestra intelligensia ha comparado, la teoría del multiculturalismo que hace pedazos la poca unidad nacional que hemos logrado luego de 500 años de existencia. Esta teoría ruin se expresa en el apotegma: la minorías tienen derechos por el sólo hecho de ser minorías, tenga o no algún valor lo suyo.
Mentiras indigenistas sobre Ceferino Namuncurá 

Por Federico Gastón Addisi


La decisión de la Iglesia Católica, a través de Su Santidad Benedicto XVI de declarar  Beato a Ceferino Namuncurá, durante el pasado año, dividió a la comunidad aborigen respecto de la opinión que este suceso les merecía.
Mientras gran parte de los aborígenes sintieron una profunda alegría, hubo otro sector que levantó las peores falacias históricas para denostar tan santo y feliz episodio. Como muestra de este último grupo se puede mencionar al Sr. Jorge Nahuel, titular de la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaría de Ambiente de la Nación y responsable de la Coordinadora de Organizaciones Mapuches. El mismo expresó hirientes y falsos argumentos en contra de la beatificación, que nos dan lugar a refutar por su intermedio, las mentiras indigenistas sobre nuestro querido Ceferino Namuncurá, como así también, señalar verdades que por el contrario se ocultan.
Sobre el tema dijo el nombrado Nahuel: “Para nosotros es un acto de manipulación del Vaticano: toman una figura simbólica para propaganda con una cosmovisión totalmente distinta del pueblo mapuche”, y consideró que Ceferino “es un símbolo de una persona arrancada de su tierra y su familia por la Iglesia, que lo terminó llevando a Roma, pero murió a los 18 años de tuberculosis, una de las enfermedades contagiadas a los pueblos originarios por soldados y misioneros”.
Hasta aquí la falacia indigenista, ahora la verdad histórica.
Primeramente debemos señalar que las investigaciones y observaciones que la Iglesia ha efectuado sobre la vida y obra de  Ceferino, son de muchos años atrás (luego de años de investigaciones eclesiásticas, en 1972 el Papa Pablo VI dictó el decreto de Heroicidad de Virtudes y declaró Venerable a Ceferino) y recién después de 35 años, en 2007, el Papa Benedicto XVI declaró a Ceferino Namuncurá Beato. El sentido común lleva a la conclusión de que por la seriedad y el tiempo que llevó la “manipulada” beatificación esta no fue tal sino un verdadero acto de amor y reconocimiento de parte de la Iglesia para con uno de sus hijos. Y si lo expuesto no basta, cabría preguntarle a los indigenistas que hablan de “manipulación” ¿por qué la Iglesia no declaró Santo a Ceferino en lugar de la “menos marketinera” figura de Beato?
El Indigenismo

Por Fernando Trujillo

Había querido abordar este tema desde hace tiempo pero por diversos motivos tuve que posponerlo,  este tema es muy delicado y suele confundirse el rechazo al indigenismo con el racismo, el “eurocentrismo” o el malinchismo—termino mexicano que deriva de la Malinche y significa preferencia por lo extranjero—no dudo que usen algunos de estos términos para atacar mi artículo o mi persona pero es una consecuencia lógica de abordar estos temas desde un punto de vista crítico.
El indigenismo es una corriente ideológica que idealiza a las culturas amerindias con lo armónico, lo puro y la armonía con el universo mientras que ve la herencia europea como malo, lo peor y fuente de toda calamidades y desgracias para los pueblos originarios—termino que voy a destrozar más adelante—el indigenismo entonces se reduce a culpar de todos los problemas socioeconómicos actuales y culturales a la herencia europea, así de sencillo, así de simplista.
América Hispana es una unión entre el elemento nativo, indígena y el elemento hispánico, europeo, el indigenismo es en este sentido desunión, separatismo, fomentar el odio, el populismo y el rencor. Los indigenistas tienen un profundo odio hacia el legado y sangre europea mientras que tergiversan el pasado prehispánico como una era idílica de felicidad y armonía.  El indigenista impulsa en la mente de los nativos la mentalidad del perdedor, es decir el eterno victimismo, el “fuimos conquistados”, el “pueblo oprimido” lo cual es un obstáculo para el avance de un pueblo.
Este victimismo político es la base principal de la corriente indigenista, culpar a los otros del atraso cultural y social en vez de aceptar responsabilidades como pueblo y buscar soluciones. Los indigenistas piden derechos tal cual limosnero pero no están dispuestos a luchar por ellos ni a aceptar responsabilidades, para ellos la ideología indigenista es un arma populista para poder tener derechos y privilegios gratis por encima del resto de la población. En este sentido el indigenismo es el equivalente del white supremacy y el black power de los Estados Unidos, la supremacía de un solo grupo sobre los demás.